domingo, 6 de enero de 2013

Volvemos a empezar después de las Navidades

¿Debemos correr antes o después de entrenarnos con pesas?

 
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Todos estamos de acuerdo en que el ejercicio aeróbico es primordial para conseguir un músculo de calidad en el que apenas haya grasa. Pero muchos no sabemos el momento adecuado para realizar estos ejercicios, y es cuando nos preguntamos si tiene que ser antes o después del entrenamiento con pesas.
Esta es una da las cuestiones más frecuentes que nos hacemos a la hora de entrenar, y es que es más importante de lo que pensamos. El ejercicio aeróbico aumenta nuestro ritmo cardiaco y predispone nuestro cuerpo para una actividad, aunque también lo cansa, es por esto que desde Vitónica vamos a ver los pros y contras de correr antes o después de realizar el entrenamiento con pesas.
Normalmente las sesiones de carrera que realizamos en gimnasio suelen realizarse en máquinas o en clases colectivas y duran de media unos 30-40 minutos. En este momento nuestro cuerpo tiene que hacer frente a una gran actividad y consumo de energía. Nuestra circulación se acelera para nutrir a nuestras células del aporte extra de oxígeno que necesitan para obtener energía.
Es por esto que nuestro metabolismo se acelera y nuestros músculos se calientan predispuestos para realizar cualquier actividad. Si lo vemos de esta manera, correr antes de ejercitarnos con pesas es una buena forma de calentamiento, ya que estamos predisponiendo a nuestros músculos para el posterior ejercicio que vamos a realizar. La carrera puede ser una buena forma de calentamiento además de eliminar calorías.
Pero correr antes de realizar los ejercicios con pesas puede ser un arma de doble filo, y es que cuando corremos también consumimos energía. Concretamente nuestro cuerpo segrega adrenalina para hacer frente a la situación. Cuando terminamos el ejercicio el cuerpo deja de segregar adrenalina en grandes cantidades y se relaja con lo que nuestro rendimiento es menor que si hubiéramos empezado antes a levantar pesas que a correr.
Normalmente la gente que busca aumentar su masa muscular realiza la carrera al finalizar los levantamientos de pesas, y es que está comprobado que los resultados no son los mismos que si corremos antes. Eso sí, tampoco la intensidad de la carrera será la misma si la ejecutamos después de haber entrenado.
Si por el contrario lo que andamos buscando es disminuir nuestro peso tonificando los músculos, es mejor correr antes de entrenar con pesas, pues la intensidad de la carrera será mayor, el cuerpo estará preparado para trabajar, y el riesgo de lesión disminuirá considerablemente.
Sea lo que sea que andamos buscando, es importante que corramos, pues el ejercicio aeróbico es un buen complemento al entrenamiento con pesas independientemente del resultado que queramos obtener al realizarlo.

domingo, 14 de octubre de 2012

Los 8 Mandamientos del Runner.



Es una sensación impresionante, los kilómetros discurren bajo tus pies sin mayor problema y tu cuerpo no deja de recibir las mejores sensaciones que nunca has sentido. Te mostramos 8 trucos para que puedas sentirte así más a menudo. Por Rodrigo Gavela.

1 - Sé constante y paciente

Hay que empezar sin prisas, de forma continua y segura, lo más importante es ser constante, para mejorar divirtiéndose. Si eres capaz de evitar interrupciones en los entrenamientos, verás cómo poco a poco el cuerpo es capaz de asimilar más y mejor las cargas. Las interrupciones en la planificación impiden la progresión de la condición física y una mejor adaptación del organismo al ejercicio, por lo que es muy importante evitar lesiones.

La continuidad es otra clave del entrenamiento, pues hará realidad que se puedan incrementar las cargas y el kilometraje, que es lo que posibilitará desarrollar y mejorar la capacidad de rendimiento. No hay que tener prisa, lo mejor es ponerse objetivos a largo plazo y tener

2 - Varía tus entrenamientos

Cuando el entrenamiento consiste sólo en correr, inevitablemente provoca desequilibrios musculares que pueden llegar a convertirse en sobrecargas y, lo que es peor, en lesiones por descompensaciones. Si no se hacen otros ejercicios se produce un enorme déficit de las condiciones físicas básicas, por lo que es muy necesario complementar la carrera con otras actividades.

El entrenamiento debe ser variado, atendiendo fundamentalmente a la carrera continua, pero sin descuidar los trabajos con pesas o gomas, los de abdominales, las cuestas, los ejercicios de escaleras y de técnica de carrera. Estirando correctamente después de cada entrenamiento se recuperará la elasticidad de los músculos, se facilitará la asimilación del entrenamiento, se descargará en gran medida del esfuerzo y se evitarán muchas sobrecargas y molestias.

Intenta hacer los rodajes por lugares con cuestas o con "toboganes" (subidas y bajadas continuas) y de este modo fortalecerás más las piernas. Si aplicas a tu entrenamiento una intensidad suave y un volumen de trabajo no excesivo, conseguirás que tu cuerpo asimile más y mejor los entrenamientos. De este modo te será más fácil ponerte en forma. paciencia.

3 - Rueda suave y en progresión

Para los que nos gusta correr, los rodajes son lo más divertido del entrenamiento; cuando los dominas se convierten en el momento más deseado del día. Te permiten relajar tu mente y soñar mientras corres, te hacen disfrutar del momento, de la naturaleza, de los sonidos, de los olores, o de la compañía de otros corredores. Correr no tiene edad, sólo es necesario tener ganas. Cualquier época del año es buena para empezar a correr.

4 - Un día de Técnica a la semana

La Técnica de Carrera es una parte integrada del entrenamiento y es más importante de lo que comúnmente se cree. Requiere poco tiempo y esfuerzo, y proporciona muchos beneficios a largo plazo.

Además de mejorar la técnica de correr (su objetivo principal), indirectamente proporciona otros cuatro beneficios: mejora la fuerza en los tobillos y piernas; mejora la movilidad articular del pie y del tobillo; mejora la eficiencia de la carrera, lo que supone un mayor rendimiento; y disminuye enormemente el riesgo de lesiones (del tendón de aquiles, de periostitis, de fascitis plantar, y se es más resistente a los esguinces).

5 - Descansa si quieres

asimilar el entrenamiento Descansar es la mejor forma de asimilar el trabajo. Ningún corredor aficionado debería entrenar más de cinco días a la semana, y nunca más de tres si está empezando. Es necesario intercalar días de descanso total entre los de entrenamiento. Descansar es parte del entrenamiento.

Si no se descansa un mínimo de horas el trabajo realizado no se asimila e incluso crea una mayor tensión muscular y articular, lo que puede significar dolor y en el peor de los casos lesión. Por ello no siempre más entrenamiento implica un mayor rendimiento.

Todos aquellos corredores que tienen trabajos que suponen un gran desgaste físico, deben ser conscientes de ello y tienen que procurar descansar lo máximo posible. Además de no sobrecargarse con demasiados km, deberían intercalar entrenamientos fuertes con suaves.

6 - Disfruta corriendo

Varía los lugares de entrenamiento, hará más atractivo, entretenido y divertido correr. Después de varios años consecutivos de práctica, el correr puede proporcionar la experiencia cumbre: el momento en que las capacidades de una persona alcanzan su cota máxima, y se convierte en un organismo espontáneo, coordinado, eficiente, funcionando con un flujo de energía tan relajado y sin esfuerzo que puede llegar a convertirse en algo parecido a un instrumentalista lleno de maestría. Se puede llegar a ser un "virtuoso de la condición física".

7 - ¡Viva el Estrés!

Esto puede ser una locura para la gran mayoría de la gente, pero no para los corredores y otros deportistas. No es algo que exija la salud, a veces es algo que se deja atrás en el camino hacia ese nivel, aparentemente innecesario para la mayoría, que es la buena forma física.

El doctor y atleta americano George Sheehan defendía hace más de veinte años en su libro "Por qué y cómo correr", que el individuo no debe evitar ya la tensión entre lo que es y lo que intuye que puede llegar a ser. Y sugiere que "el equilibrio, la adaptación, la autocontención y la capacidad de ajuste son todos conceptos negativos". Cuando los corredores realizamos nuestro entrenamiento por los caminos no aceptamos negativa alguna. Empezamos muy suavemente, con paso relajado y firme, pero pronto empezamos a incrementar el ritmo, y acabamos sintiéndonos poderosos. Sentimos y disfrutamos cada kilómetro. No hay dificultad para respirar que nos detenga antes de acabar, incluso en ese momento desearíamos que el entrenamiento fuese más largo o exigente.

Cuando se realiza una persona físicamente, los beneficios son totales, si tiene las energías suficientes para lograrlo. El método que nosotros empleamos para liberar esas reservas ocultas de energía es correr. El correr introduce el factor peligro y nos aleja de la tranquilidad, de la armonía y de las sencillas tareas de la vida cotidiana. ¡Viva el estrés!

8 - Elige unas buenas zapatillas

Las zapatillas de entrenamiento deben ser estables, flexibles y con una mediasuela absorbente. No deben ser demasiado ligeras. El calzado es la parte más importante de la indumentaria de los corredores. Los pies deben ser cuidados con mesura, pues ellos serán nuestro contacto con el suelo.

Hay que tener en cuenta que correr es un deporte muy traumático. Cada zancada es un impacto contra el suelo que debe soportar y asimilar nuestro cuerpo.

sábado, 21 de julio de 2012

CORRER EN VERANO...

BEBE, BEBE, BEBE
Cuando hace calor, hay que beber al menos dos vasos de agua más de lo habitual. Si vas a salir a correr pronto por la mañana, hidrátate bien durante todo el día anterior. La regla básica es que hay que ingerir entre medio litro y un litro de líquido por hora de ejercicio, o 90-180 cc de líquido cada 15-20 minutos. Hay que asegurarse una correcta hidratación con líquidos que contengan electrólitos, puesto que se va a perder sudor con una gran cantidad de sales. Se debe elegir una bebida que contenga 25-50 gramos de carbohidratos, 230-345 miligramos de sodio y 40-100 miligramos de potasio.

  • CORRE MUY PRONTO (O MUY TARDE)
Algunos corredores quedan para entrenar cerca de las 5 de la mañana, para haber acabado justo cuando comienza a amanecer, sobre todo en zonas donde la temperatura normal en julio/agosto es de 38 ºC. Si no puedes (o no te gusta) madrugar, puedes ir lo más tarde posible. Aunque el sol alcanza su punto más alto en el cielo a mediodía, la temperatura de la superficie terrestre llega a su valor máximo entre las 3 y las 5 de la tarde. Algunos corredores prefieren salir a medianoche y correr sólo con pantalón corto y zapatillas.

  • PLANIFICA LOS ENTRENAMIENTOS
Corre en un parque que tenga fuentes de agua o en un recorrido que cuente con tiendas de alimentación. Una posibilidad es programar tu circuito incluyendo sitios donde poder rellenar las botellas de agua, o dejar alguna escondida en el recorrido. Otra alternativa es realizar una ruta circular y pasar varias veces por delante de tu casa, dejando agua o bebidas deportivas en el buzón. Un truco que nos manda un corredor de Egipto es hacer el recorrido con la bicicleta e ir repartiendo botellas con agua a lo largo del mismo. Jesse Mack, de Boston, deja una nevera de camping al final de su calle con agua, bebida isotónica y una gorra. Cada vez que pasa por ella, bebe un poco y se cambia las gorras para refrescarse en cada vuelta.

  • COMPRUEBA EL ÍNDICE TÉRMICO
No es el calor, sino la humedad lo que más afecta a los corredores. Por ejemplo, en julio puede haber una temperatura de 37 ºC a las 8 de la mañana en zonas de la costa, pero si la humedad llega al 100%, sufrirás mucho más. El aire húmedo reduce la capacidad del cuerpo para refrigerarse mediante el sudor. El índice térmico combina la temperatura con la humedad relativa para ofrecer el valor de la temperatura aparente, que es la verdadera sensación de calor. Los institutos de meteorología emiten avisos de alerta por calor cuando se alcanzan valores de 40,5. Conviene comprobar el pronóstico del tiempo antes de una tirada larga para decidir a qué hora del día ir a correr. En algunas zonas la temperatura no baja mucho por la noche y la humedad es más elevada a primera hora del día.

  • LLEVA EL MATERIAL ADECUADO
Cuando corras en verano, prueba a utilizar prendas muy ligeras de manga larga muy transpirable. La temperatura de la piel se mantendrá más fresca y tu entrenamiento será más agradable. La ropa de color claro refleja el calor y si te está un poco holgada, el aire podrá circular mejor. Las gorras son muy útiles para algo más que para protegerte del sol. Prueba a poner un poco de hielo debajo de la gorra. Su efecto refrigerante dura hasta 40 minutos. Además, al derretirse, el agua sigue refrigerándote al ir escurriendo. Notarás la diferencia.

  • ACLIMÁTATE AL CALOR
Las buenas noticias son que el cuerpo comienza a adaptarse a las altas temperaturas en 3-4 días, aunque puede que tarde hasta dos semanas en aclimatarse. Según Alberto Aguirre, un corredor de Guadalajara, México, “correr en mi ciudad supone hacerlo con calor la mayoría de las veces, por lo que mi ‘secreto’ es enfrentarme a ello a diario. Las tiradas largas de 30 km a mediodía son duras, pero si lo haces dos veces a la semana, estarás preparado para completarlas incluso cuando haga mucho calor”.

  • PERO SÉ SENSATO
Según Rik van der Vaart, que sufrió un golpe de calor cuando se trasladó a la zona tropical de Aruba hace 10 años, “si alguna vez tienes náuseas o pesadez de cabeza, ve por la sombra y bebe algo frío”. Hay otros signos de alerta, como sentirte peor de lo normal, notar malestar, o dejar de sudar, que deben hacerte parar y buscar un lugar frío. Por encima de todo debes escuchar a tu cuerpo y hacer caso a las señales que te envía, porque sabe mejor que tú lo que te conviene”.

  • VE POR LA SOMBRA
Si tienes la posibilidad en verano, busca zonas de cañones o montañas donde las temperaturas son más frescas. Cualquier momento que puedas pasar a la sombra será un alivio, por ejemplo, al estirar, al calentar o incluso cuando paras para beber. Diseña tus rutas por zonas residenciales, que disponen de más áreas de sombra y además puede que pases por algún aspersor de riego para mojarte un poco y refrescarte. Otra posibilidad es correr cerca de algún curso de agua, como ríos o pantanos, que siempre son zonas más frescas, sobre todo en las regiones más cálidas en verano.

  • CORRE A RITMO LENTO
Deja el maratón para el otoño, pues la temperatura óptima para esta prueba es de 12 ºC, según el Dr. David Martín de la Universidad de Georgia (Estados Unidos). Cada 4 ºC por encima de esa cifra tu marca empeora un minuto o más. Una marca en una carrera de 10 km a una temperatura de 27 ºC es alrededor de un 10% peor que a 15 ºC. Cuando hace calor, en algunas carreras tienen preparados aspersores en la meta para refrigerar a los corredores, e incluso nebulizadores en varios puntos del recorrido. Hasta en las distancias más cortas hay que olvidarse de batir la marca personal cuando el calor aprieta. En pleno verano no se puede pretender ir a tope como cuando la temperatura es ideal.

  • ¡DISFRUTA!
Es verano... seguro que tienes vacaciones, así que ponte unas zapatillas de correr ligeras, tus gafas de sol, unos pantalones cortos y a correr. Intenta hacer distancias más cortas. La ventaja es que con menos ropa irás más ligero. Prueba a refrigerarte corriendo entre los aspersores de los jardines, dándote una ducha fría o bañándote en una piscina al acabar... o al empezar. Una buena forma de evitar un calentón es refrigerar el cuerpo antes de empezar el entrenamiento. Otro truco es hacer polos de bebidas isotónicas, para disfrutar de ellos al acabar de correr. Así repones sales y te refrigeras al mismo tiempo. Si corres al amanecer, disfruta de la luz que hay a esa hora. Si vives en zonas de montaña, aprovecha que los caminos están sin nieve. Recuerda, dentro de no mucho tiempo volverá el frío.

domingo, 15 de abril de 2012

EL BENEFICIO DEL RUNNING

El running es uno de los deportes más sencillos y sanos que se puede practicar y que más de moda está últimamente, sobre todo entre las mujeres. Se puede realizar sólo o en compañía y apenas necesita gastos en material, sólo ropa deportiva y unas zapatillas, eso sí, adecuadas para correr. Entre los beneficios físicos que aporta destacan la pérdida de peso y el aumento de la resistencia física. Sin embargo, por lo que merece la pena practicar este deporte es por los beneficios que aporta a la mente.

Bienestar del corredor “Diversos estudios han puesto de manifiesto que la practica regular de esta actividad física produce un aumento de la autoconfianza, sensación de bienestar y mejora del funcionamiento intelectual. Dichos efectos también son de utilidad para el tratamiento de trastornos psicológicos como el estrés y la depresión”, explica Claudio Sosa, psicólogo deportivo.
 En primer lugar, el psicólogo aclara que, “existe un principio biológico fundamental que subyace a cualquier beneficio psicológico, ya que, cuando una persona realiza cualquier tipo de ejercicio físico se liberan de manera natural unas sustancias bioquímicas denominadas endorfinas, que son secretadas por el cerebro y que actúan reduciendo el dolor y aumentando el placer, tanto durante como finalizada la actividad física”. En el caso concreto de las personas que practican running de forma regular con una intensidad media, añade, “provoca una agradable sensación corporal de placidez que se ha acuñado con el término ‘bienestar del corredor’ para resumir la sensación de bienestar, de tranquilidad y de equilibrio”.
Según Claudio Sosa, “este efecto biológico en el organismo trae importantes beneficios a nivel psicológico, ya que, la percepción de bienestar somático afecta positivamente en la reducción de los síntomas en trastornos como la depresión o el estrés, si lo miramos desde un punto de vista clínico. Pero si nos acercamos más al ámbito deportivo observaremos una positiva correlación entre el ejercicio físico y variables psicológicas como la autoconfianza, el autocontrol emocional y las expectativas de autoeficacia”.

Alcanzar la meta “Cuando una persona trota o corre generalmente, lo hace con algo de planificación, incluso por más lúdico que sea. Vale decir, se establece una meta”, explica el psicólogo deportivo. “En algunos casos estará más relacionado con la salud (por indicación médica frente a una lesión o problema físico), para bajar de peso o en último término simplemente para sentirse bien. En otros casos el objetivo tendrá un componente más competitivo, ya sea por un desafío personal o por querer derrotar a otro”.
Para Sosa, sea cual sea la motivación que se esconda detrás de la persona que practica running, “siempre provoca que esa persona movilice o canalice toda su energía en lograrlos y ello trae aparejado un aumento en la autoconfianza que puede traspasarse también a lo que habitualmente en el deporte más competitivo se designa como ‘expectativas de autoeficacia’, o lo que es lo mismo, la percepción que se tiene de poder realizar satisfactoriamente una ejecución deportiva”. Además, añade que “si este ejercicio es reforzado por un otro significativo (familiar, amigo, pareja) provoca un impacto más positivo en la autoestima, pudiendo observarse, por ejemplo, en una mejor socialización de la persona en ámbitos familiares, laborales o sociales”.
Como muchos otros tipos de movimiento humano, recuerda Claudio Sosa, practicar running produce ciertos beneficios psicológicos relacionados por un bienestar corporal, pero también fuertemente apoyados por la posibilidad que tiene el deportista de meditar y analizar sus problemas en este ‘tiempo muerto’, lejos del foco de conflicto.

Más motivos para practicarlo Además de los ya mencionados anteriormente, este deporte destaca por otros aspectos positivos tal y como nos detalla el experto:
  • No se requieren grandes habilidades y destrezas psicológicas, ya que, se trata de un deporte con oposición indirecta (el rival está presente durante la competencia y no interviene necesariamente en la ejecución deportiva propia) y sin cooperación (deporte individual).
  • Permite masividad pero desde lo individual, favoreciendo el desarrollo y capacidad personal, independiente lo que suceda con el resto de los participantes.
  • La relación coste-beneficio es baja, ya que, bastan, inicialmente unas buenas zapatillas. Esto podría ayudar a disminuir la presión por el resultado.
  • Potencia el locus de control interno (atribución de un triunfo o una derrota a causas internas), debido a que el porcentaje más alto depende del rendimiento y no de la implementación deportiva.
  • Desarrolla dos motivaciones esenciales del ser humano: la centrada en la tarea (aquella que favorece el proceso personal, más que los resultados) y la motivación cotidiana (disfrute de la actividad por sí misma) que pueden llevar a mejores resultados.
  • Ayuda a conseguir una imagen corporal positiva y, en consecuencia, tiene un efecto positivo en la autoestima.

Todos estos efectos se empiezan a notar rápidamente, tal y como indica Sosa, “si se corre 90 minutos semanales, es decir 30 minutos, tres veces por semana, a partir de la segunda semana se empiezan a notar los beneficios”. Esta rapidez en los progresos evita el abandono prematuro y la desmotivación de quienes lo practican.

sábado, 10 de marzo de 2012

El metodo Pose

El doctor Nicholas Romanov desarrolló en Rusia, en los años 70's, el método Pose para enseñar la técnica de correr, el cual es una parte integral de su filosofía del movimiento.
En Estados Unidos, donde radica actualmente, ha recibido reconocimientos por su revolucionario método. El equipo olímpico de triatlón de USA, ha desarrollado el programa con gran éxito, implementándolo en su sistema de entrenamiento. La razón principal por la cual se desarrolló este método, fue la ausencia de una técnica de enseñanza para correr. La carrera se practica, pero no se enseña como una habilidad.
Pose technique propone enseñar a correr como una habilidad, con su propia teoría, conceptos y ejercicios. Se asume que la técnica de la carrera es la misma para todos los atletas, sin importar la velocidad o distancia. El organismo humano existe y se desarrolla en un campo gravitacional y debe permanecer dentro de un cierto marco biomecánico, en el cual, los límites son apropiados para la completa utilización del efecto de la gravedad. También se asume, que cualquier movimiento es construido a partir de un número infinito de posturas o posiciones, a través de las cuales, el cuerpo viaja en el tiempo y espacio. Afortunadamente, en la carrera, sólo existe una postura a la cual le llamamos running pose (postura de correr).
La running pose, es una posición de todo el cuerpo, la cual alinea verticalmente los hombros, las caderas y los tobillos con la pierna de soporte, al mismo tiempo que caes con la bola del pie. Esto crea una forma de S en el cuerpo. El corredor entonces cambia de la postura de una pierna, a la pose con la otra pierna, dejándose caer hacia adelante y dejando que la gravedad haga el trabajo. El pie de soporte es jalado del piso para dejar que el cuerpo se caiga hacia adelante, mientras que el otro pie cae libremente, en el cambio de soporte. Esto crea un movimiento hacia adelante, con un menor costo de energía y un menor esfuerzo. El resultado final es tiempos más rápido en la carrera y menos riesgo de lesiones. Esta simple secuencia de movimientos: El caer y el jalar, mientras se encuentra uno en la postura, es la esencia de la técnica correr.